El Administrador de tareas en Windows 8 funcionaba bien pero con la llegada de Windows 8.1 funciona de forma inteligente y determinadas aplicaciones que se usan a menudo, no se cierran cuando nosotros salimos de las mismas, muchas de las aplicaciones son congeladas durante un período largo sin ser eliminadas de la memoria por si en algún momento estas se vuelven a abrir. Pueden abrirse si arrastramos el cursor hasta la esquina superior izquierda.
Esto no es un problema cuando tenemos un equipo potente y con una cantidad de memoria RAM de 8GB o más, pero si hablamos de equipos que van justos de potencia y sobre todo de memoria RAM, 2 o 3 GB, hay un empobrecimiento de rendimiento notable.
Para cerrar estos programas definitamente tenemos varias opciones:
1.- Nos dirigirnos al Administrador de tareas y en el apartado de procesos cerramos las aplicaciones que no vayamos a usar.
2.- En Windows 8 se podían cerrar de forma diferente pulsando en la parte superior de la aplicación y deslizando hacia hacia abajo hasta que desaparezca.
3.- En Windows 8.1 pulsamos en la parte superior de la aplicación, la arrastramos hacia abajo y antes de que desaparezca se girará y después de que esta se gira solo habrá que arrastrarla hasta desaparecer.
4.- En Windows 8.1 si movemos el cursor hasta la esquina superior izquierda aparecerá un listado con las aplicaciones abiertas y pulsando con el botón derecho nos da la opción de cerrarlo.
Fuente: www.elguruinformatico.com
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